El siguiente artículo se basa en la entrevista realizada para un episodio de nuestro podcast “Le copio a la inspiración” que pueden escuchar en Spotify o ver en Youtube.

La violencia que no cede contra lideresas sociales

La lucha de las mujeres lideresas en Colombia, por sus derechos y los de sus comunidades, ha estado ensombrecida por la violencia y la impunidad. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016 hasta marzo de 2023, 188 lideresas han sido asesinadas. La región suroccidente del país, en donde grupos armados ilegales controlan el territorio, se concentra la mayoría de estos crímenes; registrándose en el Cauca 40 asesinatos en este mismo periodo.

Los liderazgos más victimizados son los comunales, indígenas y de organizaciones de mujeres. El 75% de los casos en 2023 no tiene responsables identificados, cifra que según la Comisión Colombiana de Juristas se debe a deficiencias en las investigaciones por parte de la Fiscalía. Persiste una muy baja judicialización y esclarecimiento de estos crímenes, con 80% de casos sin perpetradores determinados. Las agendas de defensa relacionadas con los asesinatos de lideresas tienen que ver con la reclamación de tierras y luchas sindicales principalmente. 

La adversidad que enfrentan mujeres como Emilse Jiménez Popo es inimaginable. Emilse, conocida cariñosamente en su comunidad como “la profe”, ha dedicado su vida a luchar por los derechos de las mujeres en uno de los Departamentos más golpeados por el conflicto armado en Colombia: el Cauca. Esta región del suroccidente colombiano lleva décadas padeciendo la violencia de distintos grupos armados que se disputan el control territorial.

Desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016 hasta marzo de 2023, 188 lideresas han sido asesinadas.

Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz)

Orígenes de una lideresa 

Nacida en 1966 en el municipio de Buenos Aires, Emilse es docente de matemáticas y proviene de una familia con tradición de liderazgo comunitario. Siguiendo los pasos de su madre, también lideresa y docente, comenzó su activismo desde muy joven, es así como a sus 17 años ya ejercía liderazgo educativo sin tener siquiera cédula de ciudadanía.

Enfrentar el machismo en casa

No ha sido fácil para Emilse abrirse camino en una región con arraigadas estructuras patriarcales. Tuvo que afrontar primero el machismo dentro de su propio hogar y a los 23 años, como resultado de su liderazgo social y el que su esposo le reclamara estar siempre en la calle,generó su separación.

La situación de Emilse como madre soltera de 3 hijas, no le permitió estudiar, sino hasta ya adulta. Su cercanía con la comunidad y vocación de servicio la llevaron a ser elegida 3 veces como presidenta de la Junta de Acción Comunal de su vereda.

El Conflicto armado no da tregua

Uno de los peores momentos en la vida de Emilse, fue el asesinato  de su hija Jessica en el año 2018, quien había seguido sus pasos en la defensa del territorio. Inicialmente lo vio como un feminicidio, pero luego como un crimen de Estado por el activismo de Jessica. Considera que más que un crimen individual contra su hija, este encaja en un patrón de eliminación sistemática de opositores en la región. “El Estado no garantiza la seguridad en zonas remotas donde matan a quienes alzan la voz”, afirma. “Jessica enfrentaba públicamente a actores armados que abusaban de los derechos humanos. Su liderazgo los molestaba tanto que decidieron acallarla”, analiza Emilse.

El asesinato de Jessica se enmarca en el recrudecimiento de la violencia en el Cauca tras el Acuerdo de Paz de 2016, con proliferación de grupos armados ilegales en disputa territorial según la Fundación Paz y Reconciliación.

Transformar el dolor en lucha

Pese a este golpe tan duro, Emilse encontró en la resiliencia la fuerza para convertir su dolor en motor de lucha por los derechos de las mujeres. Inicialmente se culpó por haber fomentado el liderazgo de Jessica, pero luego reinterpretó positivamente su legado.

Esta capacidad de sobreponerse al dolor más profundo le ha permitido a Emilse recuperarse y convertir su dolor en una plataforma de acción por la justicia social.

Emilse Jiménez Popo

La paz no es solo del gobierno, es de todos. Y cada uno debe aportar desde su rol al entendimiento y la no violencia

Emilse Jiménez Popo

Cuestionando la política de género

A lo largo de sus décadas de trabajo comunitario, Emilse también ha sido una crítica de las políticas estatales frente a la violencia de género. Considera que, más allá de la proliferación de leyes y compromisos formales, poco se ha hecho en la práctica para proteger los derechos de las mujeres.

Según Emilse, “la violencia de género está muy enmarcada en la normatividad, en tantas leyes que no se aplican. Todo queda en el papel, no se cumple”.

Plantea que falta un trabajo conjunto con las mujeres rurales para comprender desde las bases sus diversas problemáticas y demandas. Así, con acciones específicas diseñadas desde los territorios, no sólo vagas promesas, se podrían cerrar las brechas que perpetúan los abusos contra las mujeres rurales.

Construyendo paz colectiva

Para Emilse, la paz territorial no emerge mágicamente de procesos lejanos en las altas esferas políticas, sino que requiere la acción conjunta de toda la sociedad civil. “La paz no es solo del gobierno, es de todos. Y cada uno debe aportar desde su rol al entendimiento y la no violencia”, enfatiza.

Critica la indiferencia colectiva que permite perpetuar los odios en la región. También que muchos sólo señalan al Estado tras atentados, sin asumir responsabilidad personal.

La paz comienza con la transformación de las actitudes individuales, con gestos de reconciliación en lo cotidiano que, sumados, resultan en cambios sociales.

Adaptación de una líder en territorio hostil

Llevar las riendas de la defensa de los derechos de las mujeres en una región dominada históricamente por hombres no ha sido tarea fácil para Emilse.

Ha adoptado estrategias para sortear los obstáculos, como generar alianzas con organizaciones de base y desarrollar proyectos focalizados en problemáticas de las mujeres rurales. Según Emilse, el liderazgo femenino en contextos de conflicto demanda creatividad, sororidad, humildad y coraje para enfrentar estructuras opresoras.

Lucha constante

Tras 40 años en la primera línea del trabajo social, la voz de Emilse se mantiene firme llamando a la unión de las mujeres por sus derechos.

“La lideresa debe pensar primero en las demás, no en figurar”, sostiene. Tiene claro que la paz se construye desde abajo, sumando pequeños actos para enfrentar las violencias e impulsar la reconciliación comunitaria. 

Emilse Jiménez y Samuel Coronado durante la grabación del podcast “Le copio a la inspiración”.

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