En el marco del 75° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se realizó la duodécima entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos, un evento que es organizado por Diakonia y Act Iglesia con el apoyo de la Embajada de Suecia. Este premio se realiza como un reconocimiento al trabajo y la incansable lucha de los defensores y defensoras de derechos humanos en las diferentes regiones del territorio colombiano.

Esta edición de los premios giró alrededor de la frase “El valor de defender”, pues se reconoce que los líderes y lideresas sociales afrontan todo tipo de dificultades y amenazas por alzar su voz en contra de las injusticias de sus regiones. Según lo expresó Verdana García, representante regional para América Latina de Act Iglesia, “En el 2022 Colombia mantuvo su triste posición como el país con el mayor número de líderes y lideresas sociales asesinados en el mundo, representando el 48% de los casos a nivel global”. En lo corrido del 2023, de acuerdo a las cifras de Indepaz, han sido asesinados 110 líderes y lideresas sociales en los territorios.
El evento contó con la participación de representantes de organizaciones internacionales como Juan Carlos Monge, representante de la oficina de derechos humanos de la ONU, y también con representantes del gobierno como Danilo Rueda, Alto Comisionado para la Paz, quién en su intervención reiteró su apoyo en la defensa y garantía de los derechos humanos “Para nuestro gobierno los derechos humanos son la esencia de la paz, sin ellos la paz sería una quimera. Por eso, gracias a sus voces, gracias a sus críticas, gracias a sus iniciativas seguiremos empeñados en construir el país que todos y todas nos merecemos”.
¿Quiénes fueron los ganadores y ganadoras?
El Premio Nacional de Derechos Humanos otorgó cuatro reconocimientos en tres categorías diferentes, los ganadores y ganadoras fueron seleccionados por un panel de 12 jurados quienes evaluaron cuatro criterios para tener en cuenta: 1. Grado de vulnerabilidad 2. Grado de contribución y aportes en la lucha contra la impunidad 3. Generación y articulación en movimientos colectivos 4. Capacidad innovadora para generar propuestas creativas en la defensa de los Derechos Humanos.

En la categoría de Defensor o defensora del año la ganadora fue Elizabeth Moreno Barco, una lideresa de la subregión del San Juan (Chocó). Ella es la primera mujer en ser Representante Legal del Consejo Comunitario General del San Juan (ACADESAN). Desde su rol como lideresa, ha denunciado las graves violaciones a los derechos humanos que padecen las comunidades negras del Chocó. Actualmente es la coordinadora del Foro Interétnico Solidaridad Chocó.
“Es de gran importancia defender la vida, es ese compromiso que tenemos los líderes y lideresas en todo el mundo” resaltó Elizabeth en su discurso de agradecimiento. Además, también reconoció en el valor de la mujer en la defensa de los derechos humanos e hizo énfasis en que nueve de los doce finalistas eran mujeres “poder brindar garantías a nuestras comunidades de esperanza y fe en la transformación de los territorios es lo que hace que nos levantemos todos los días con el corazón en la mano y amor en la boca”.

En la categoría de Experiencia o Proceso Colectivo del año se premiaron dos modalidades, la primera fue al Mejor Proceso Colectivo a Nivel Social, este reconocimiento se lo llevó el Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA). Esta es una organización que reúne a 13 grupos representativos de las comunidades afrocolombianas, raizales y palenqueras, con el objetivo de exigir el derecho a la paz desde una perspectiva colectiva y étnico-racial. Desde 2015, tienen un alto nivel de incidencia e interlocución en el diseño de políticas públicas para la construcción de paz.
“Hemos entendido que defender los derechos humanos también es defender la dignidad de los pueblos, tanto sus derechos individuales y colectivos” expresó Richard Moreno, representante de CONPA. En su intervención dejó claro que la organización seguirá trabajando para construir paz en los territorios y asimismo, le hizo un llamado al gobierno para que adelante las reformas y los cambios urgentes que necesita el país para avanzar en la garantía de los derechos humanos, “No hay promoción ni defensa de los derechos humanos si no hay transformaciones reales para que la gente viva en dignidad”.

En la segunda modalidad que reconoce a las ONG acompañantes, el premio se lo llevó la organización Joel Sierra por su labor en la representación y defensa de sectores campesinos, indígenas, estudiantes, obreros y movimientos populares del Departamento de Arauca. La organización también acompaña a familiares de víctimas de ejecuciones extrajudiciales y ha denunciado situaciones relacionadas con crímenes de Estado y paramilitarismo en la región.
Sonia Milena López, quien asistió por la Fundación a recibir el premio, aseguró que el reconocimiento era para “el heroico pueblo araucano y del Centro Oriente, hombres y mujeres que en un foro en 1994 proyectaron esta fundación, que lleva por nombre un homenaje a un compañero campesino desaparecido y masacrado por las fuerzas estatales”. Su discurso estuvo dedicado a todos los hombres y mujeres que han caído durante los 29 años de lucha que lleva la Fundación, a todos aquellos que han sido encarcelados, muertos y silenciados.

En la categoría de reconocimiento A toda una vida la ganadora fue Doria Yanette Bautista, abogada y directora de la Fundación Nydia Erika Bautista, dedicada a la búsqueda de desaparecidos en el país. Ella se convirtió en defensora de derechos humanos en 1987, tras la desaparición forzada de su hermana a manos de miembros del ejército nacional. Ese doloroso hecho la llevó a convertirse en una activista de tiempo completo por los derechos de las víctimas de este crimen y otras violaciones de derechos humanos.
“Soy porque somos, soy las mujeres negras de Buenaventura, soy las mujeres campesinas del Meta, Guaviare y Vichada que buscan a los desaparecidos, soy las mujeres indígenas del Putumayo, soy las mamás de los chicos de la Primera Línea que salieron en el estallido social, soy las familias del Casanare, soy las mamás de Bogotá y de todos los territorios donde la desaparición forzada ha dejado una huella. Soy Nydia Erika Bautista, desaparecida por el ejército nacional en 1987” expresó Yanette Bautista en su discurso de agradecimiento, “Este premio es para seguir soñando con una Colombia sin desaparecidos, sin impunidad, sin madres en la ventana esperando a sus hijos e hijas”.