Julieth Morales es una artista Misak cuya experiencia de vida está atravesada por sus raíces indígenas y también por la cultura occidental en la que creció, de modo que ella se define como Misak de nacimiento y mestiza por contexto. Su obra consiste en realizar un trabajo de reformulación y reinterpretación de los ritos tradicionales de su comunidad de manera crítica, con el cuerpo como medio denunciante, a través del performance, el video, la fotografía, la pintura y el dibujo. 

Julieth hace parte de la generación de jóvenes indígenas que transitan entre lo rural y lo urbano y que por decisión propia están recuperando sus tradiciones ancestrales como una forma de oponerse al sistema económico y político que ha vulnerado su territorio y su existencia. Sin embargo, la apuesta de Julieth va mucho más allá, pues ella también se aleja del movimiento indigenista que pretende retratar a las culturas originarias de manera congelada en el tiempo.

El trabajo de Julieth se inscribe en el marco de la configuración de las nuevas identidades indígenas contemporáneas que se construyen a partir de la hibridación entre sus raíces originarias y los contextos de occidentalización. Su obra deviene de sus procesos con la intersección de género y la etnicidad, razón por la cual ella aborda constantemente la pregunta por su identidad y cuestiona la representación de la mujer indígena a través del auto reconocimiento de su propio cuerpo y de su experiencia.

Portsik (Chumbe)

El Primer Encuentro de Pueblos Originarios Abya Ayala tuvo lugar entre el 9 y el 13 septiembre en el Centro Nacional de las Artes en Bogotá. El evento contó con la participación de 16 Pueblos Indígenas.

En el pasado mes de agosto, Julieth tuvo la oportunidad de presentar su performance Portsik (Chumbe) en el marco del Encuentro de los Pueblos Originarios Abya Ayala que tuvo lugar en el Centro Nacional de las Artes en Bogotá. Este performance se constituye como un replanteamiento de la tradicional práctica del enchumbado que consiste en envolver a los bebés indígenas en los primeros años de vida con el tejido del chumbe para corregir su cuerpo, protegerlos y transmitir sus conocimientos ancestrales.

«Esta obra surge como una insistencia muy fuerte por despojar al cuerpo de una simbología que aún no comprende».

El chumbe es un tejido que realizan las mujeres de algunas comunidades indígenas con hilos de lana de diferentes colores para crear patrones y figuras que reflejan su cosmovisión, su historia y su pensamiento. Este tejido, que se asemeja a una faja o un cinturón, también hace referencia al cordón umbilical que une a los recién nacidos con la madre y la naturaleza, por eso, el “porstik” como chumbe y tejido, protege el cuerpo en cada gesto que las madres hacen al envolver a sus hijos con este conocimiento.

En su performance, Julieth saca este ritual del tiempo que le corresponde y lo realiza en su cuerpo adulto que ya está formado como una manera de reconocerlo y de encontrar todos los cambios sociales y políticos que han ejercido sobre él. Esta puesta en escena fue ideada en 2017 cuando Julieth era más joven y aún no entendía muy bien todas las circunstancias que configuraban su vivencia como mujer indígena:  «Esta obra surge como una insistencia muy fuerte por despojar al cuerpo de una simbología que aún no comprende».

Para Julieth, traer el enchumbado a un momento diferente al que pertenece implica el reconocimiento de si misma como una mujer indígena y su conexión con el territorio, pero también le permite ser crítica y romper con la idea de lo que debería ser una buena mujer Misak. “En esta acción me enchumbo para corregir de manera utópica las exigencias tradicionales, y para pertenecer a mi territorio sin prejuicios. Pero también para exponer una propuesta de la mujer nueva que se está construyendo, la nueva mujer que queremos ser para nuestra comunidad».

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